Tenemos que cuidar al planeta y, aunque cada vez somos más conscientes y hacemos cosas diferentes en nuestro día a día, es momento de aplicar estos cambios también a la hora de viajar. 

Primero, ¿qué es la huella de carbono? La huella de carbono es el concepto que se usa para poner en números el impacto que una actividad, persona o país tiene en el cambio climático. Casi todo lo que hacemos deja una estela de gases que se acumulan en la atmósfera y sobre calientan al planeta. Hay actividades e industrias que tienen un impacto mucho más grande, pero nosotros como individuos también contribuimos en gran parte con nuestra huella de carbono personal.

¿Cómo es que yo dejo una huella de carbono?

La huella de carbono personal es lo que origina una persona en su vida cotidiana al desplazarse, consumir, alimentarse y utilizar recursos como la energía. Esto quiere decir que cosas tan simples como cargar tu celular, poner una lavadora, prender la luz, usar el coche, comprar algo que previamente fue procesado para su fabricación y muchísimas cosas más incrementan tu huella de carbono personal.

Cada habitante del planeta deja en promedio casi 4 toneladas anuales de CO2. Expertos dicen que hay que reducir la huella de carbono personal a menos de 2 toneladas anuales para el año 2050. 

¿Cómo reducir la huella de carbono al viajar en avión?

Lo primero que debemos tomar en cuenta es que la aviación contribuye al 2% de las emisiones mundiales de carbono. Por ejemplo: según la organización de aviación civil, un vuelo de Londres a Nueva York emite aproximadamente 0.67 toneladas de CO2 por pasajero.

Lo más eco-friendly sería buscar una alternativa a volar. En algunas partes del mundo, viajar en tren es una excelente opción, ya que las emisiones de CO2 al viajar en tren son menos que al viajar en avión. Sin embargo, aquí no tenemos esa posibilidad. Siempre que puedas viajar en coche en lugar de avión para llegar a algún lado: hazlo. Estarás ayudando muchísimo al medio ambiente, sobre todo, si van varias personas en un mismo coche.  

Si tu única opción es el avión, te dejo algunas cosas que puedes hacer para reducir tu huella de carbono: 

• Lleva poco equipaje: Cada maleta que se sube a un avión lo hace más pesado y, más peso significa más combustible. Si tu maleta no es muy pesada estás poniendo tu granito de arena para reducir la huella de carbono ahí.
• Vuela directo: El despegue y el aterrizaje son los momentos donde el avión gasta más combustible. Al volar directo estás haciendo que tú viaje solo tenga un despegue y un aterrizaje, en lugar de muchos por las escalas. 
• Elige viajar en los asientos más económicos: ¿Por qué esto ayuda? En primera clase hay menos asientos, o sea caben menos personas, en el mismo espacio que en clase turista. La huella de carbono por persona en primera clase se incrementa. 
• Elige aerolíneas comprometidas: Antes de comprar tu boleto de avión checa si la aerolínea tiene alguna iniciativa para reducir su impacto ambiental. Generalmente, las aerolíneas con flotas más nuevas son las más eficientes en combustible. 

¿Cómo reducir mi huella de carbono al estar de vacaciones?

Sé consciente como huésped: 

• Ahorra energía y agua cuando estés en el hotel o el lugar en donde te vas a quedar. 
• No dejes cargadores conectados. 
• Apaga la luz y el aire acondicionado lo más que puedas. 
• No te tardes mucho bañándote. 
• No pidas cambio de toallas y sábanas a diario, a menos que sea estrictamente necesario. 
• Come local y evita desperdiciar comida. 
• ¡Aguas con tu basura!
• Compra solamente lo que necesitas. Sé que cuando estás de viaje es muy fácil comprar miles de cosas, entre souvenirs y lo que se te atraviesa, pero, recordemos que todos los productos que se fabrican dejan una huella de carbono. Compra solamente lo que necesitas o realmente vas a usar a largo plazo. Por ejemplo: si es un souvenir que probablemente vas a tirar en un año y, ni siquiera te vas a acordar que lo compraste, mejor, no lo compres.
• Si vas a comprar, compra local. De esta manera también contribuyes a la economía local. 
• Reduce el uso de plásticos y desechables.
• Reduce comidas con carne.
• Usa el transporte público. Si es posible, camina o usa una bicicleta para desplazarte en el lugar donde estás.

¿En dónde hospedarte?

Cada vez son más los hoteles que se vuelven sostenibles o eco-friendly. No todos al 100%, pero quedándote en uno que tiene algunas prácticas ecológicas estás ayudando más que hospedándote en un lugar donde no les importa. 

A la hora de buscar dónde te vas a quedar, checa estas opciones. Generalmente los hoteles conscientes con el medio ambiente respetan el entorno natural y social, apoyan a los comercios locales, planean sus menús con productos locales y de temporada, buscan reducir al máximo el consumo de calefacción y aire acondicionado, usan materiales orgánicos en sábanas y toallas, implementan prácticas de aprovechamiento y recolección de agua e iluminación de bajo consumo. 

Lo más importante, más allá del establecimiento, es que recuerdes ser un huésped responsable.

¿A dónde ir? Realmente no se trata del destino, sino de cómo actúas mientras estás en ese lugar. ¡Puedes ir a donde tú quieras! Como ya viste, para reducir tu huella de carbono a la hora de viajar, lo que más importa es lo que haces o dejas de hacer. El mundo nos necesita, y pequeños cambios pueden hacer la diferencia. Sé más consciente en tu día a día, esto te va a ayudar a hacer lo mismo mientras estás de vacaciones. Así que ya sabes, viaja todo lo que quieras, pero sé consciente a la hora de viajar.